lunes, 28 de marzo de 2011

Roommate # 17

Eran altas horas de la madrugada pero, en el momento en que me desperté no precisé qué hora era, cuando de repente escuché ruidos diferentes a los que usualmente se escuchan en mi casa, como por ejemplo el que hace la calefacción, que a veces parece una locomotora y otras como si algún novato tocara una batería, o el que hace la nevera cuando supongo se dispara la energía eléctrica, o el que hace la puerta de la entrada de mi casa cuando hay mucho viento, o el ruido que se genera cuando el cable grueso que cuelga desde la azotea pega contra la caja del aire acondicionado que tengo en una de las ventanas de mi habitación; en fin, esos ruidos diferentes perturbaron mi sueño y me despertaron. Cuando abrí los ojos, vi a mi roommate pasar en frente a mi cama, con la cual tropezó su cuerpo. Detrás de ella iba un chico, quien también tropezó con mi cama y fue entonces cuando entendí qué clase de ruidos eran y quién los provocaba.

El la sostenía por su espalda y brazo derecho. Noté, a pesar de que era de noche, que ambos iban borrachos y ella se tapaba la boca como evitando o tratando de atajar un posible vómito. Pasaron directo al baño y pude escuchar sus voces pero no entendí de qué hablaban. Yo tenía ganas de orinar y quizás ello también contribuyó a que yo me despertara. Al cabo de sólo cinco minutos escuché que el chico se marchó y esperé a ver si ella salía del baño para poder ir yo, pero repentinamente escuché un golpe fuerte, como si alguien cayera al piso, y me imaginé lo peor.

Me levanté con cuidado, porque no quise que se diera cuenta de que yo estaba despierta para no causarle pena, aunque quizás ella estaba consciente, pese a su estado, que me había despertado. Me acerqué al baño y no escuché ruido. Me devolví a su habitación en busca de la llave de la casa (su cuarto está ubicado al fondo del apartamento y para llegar a el hay que atravesar mi habitación), pero no la divisé. Me devolví hacia la entrada del apartamento y abrí la puerta para cerciorarme de que no la había dejado pegada a la cerradura, pero tampoco estaba ahí la llave. En el baño no se sentía ruido alguno y la puerta tenía el seguro pasado. Me devolví a mi cama, pero mis ganas de ir al baño eran más fuerte y al mismo tiempo no podía dejar de pensar en qué carajo le había pasado o le estaba pasando a mi roommate.

Fui a la cocina y pensé en usar la regadera para orinar, dude de hacerlo porque tal vez haría un reguero en el piso. Mientras, yo movía mis piernas juntando mis rodillas tratando de retener las ganas, con una mano sostenía el envase y con la otra me apretaba mis partes, hasta que me decidí y me bajé la pantaleta. Me concentré por un momento, flexioné un poco mis piernas y apunte hacia el pequeño orificio del envase. Mi puntería me causó gracia y mientras orinaba sentía ese alivio rico que se siente cuando satisfaces una necesidad; sin embargo, yo seguía pensando en mi roommate. Me sequé con papel toallín, lavé la regadera con agua caliente y me devolví a mi cama; ya sabía que hora era, cerca de las 4am.

Una vez acostada, mi cabeza empezó a imaginarse cosas, o mejor dicho, empecé a sacar conclusiones y ver qué iba hacer, porque aquello era muy extraño. Repase la imagen de los dos pasando enfrente de mi cama y obviamente estaban borrachos o drogados; pensé en lo peligroso que es que lleven a tu casa a alguien extraño en esas condiciones, pensé en mi laptop que estaba en la sala, pensé, pensé, pensé. Pensé en lo peligroso que son las caídas en los baños y que tal vez ella estuviese herida, en la cabeza, la imaginé llena de sangre y entonces me volví a levantar, fui al baño, toqué la puerta una, dos, tres veces y nada; la llamé por su nombre y nada; fue cuando me cruzó por la cabeza llamar a mi novio pero quizás no oiría su teléfono o peor, se molestaría por despertarlo a esa hora. !Ah si!, me lo imaginaba con su peculiar acento y mal humor por haberlo despertado diciéndome: "Joder tía y que carajo puedo hacer yo desde aquí" (él vive en Brooklyn y yo en Manhattan) aún sabiendo de que 5 minutos más tarde se arrepentiría de su rudeza y ofrecería su ayuda, opté por cambiarme a la opción del 911. Preparaba las palabras en inglés, me imaginaba la ambulancia llevándosela toda desangrada y me imaginé rindiendo mis declaraciones a la policía. Pensaba entonces cómo describiría al chico y también en que ella, quizás, me había dado un nombre falso porque nunca me dió la copia del ID que le pedí. !coño, en que lío me metería con el dueño del apartamento!.

No podía volverme a dormir, ella no contestaba, también pensé en que posiblemente se había marchado con el chico pero, ¿y aquel golpe que escuché en el baño? ella estaba aún ahí porque el cerrojo estaba pasado y la luz estaba encendida. ¿Qué le pasó a mi roommate o qué le estaba pasando?.

Yo iba del baño a su habitación, luego a la mía y lo repetí varias veces hasta que me acosté una vez mas. Al rato, antes de que el sueño me venciera, escuché de de nuevo un ruido, eran pasos y supuse era ella quien iba a su cuarto pero para ese momento ya yo estaba casi rendida de sueño y me dormí.

Katiuska Gutierrez